Abajo la podéis ver sobre el skyline de la ciudad, desde el muelle deportivo.
La cosa está montada para guiris. No lo vamos a negar. Pero era algo que debía de hacer.
He subido a tirarme con un inglés que en cuanto hemos salido del ascensor, y hemos visto el panorama, ha perdido el equilibrio.
La cosa le duró poco. Se subió a la rampa, revisó las cosas que tenía que revisar, y se lanzó por la gloria de Wiston Churchill.
Verlo desaparecer de un saltito me hizo sentirme a medio camino entre los parachutas del Día D, y los japoneses de humor amarillo. Los técnicos se frotaron las manos, me miraron, y dijeron "Next". Sonreían como los supervillanos de los cómics.
Toda una experiencia. Aunque más light de lo que me pensaba, la verdad. La caída son unos 17 segundos en los que se te sube la pinta de Guinnes que te acabas de tomar dos calles más abajo. Pinta que no acaba saliendo, porque no le da tiempo a salir.
17 segundos sin nada en la cabeza, como podéis ver.
:)
2 comentarios:
¡Felicidades!:)
que huevos tienes ohnibur. Un abrazo desde madrid evetse.
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